La posibilidad de transformar una casa antigua con múltiples carencias en una vivienda diáfana, moderna y con todo tipo de comodidades, es un sueño para muchos propietarios. Hacerlo bien, requiere tener en cuenta múltiples variables como la estructura, los aislamientos térmicos y acústicos, el estado de las instalaciones, la distribución, la elección de materiales, etc.
En este caso, abordamos la reforma integral de un piso en Pamplona, que no había sido acondicionado en cincuenta años. En una primera fase, realizamos la demolición de la tabiquería interior, la colocación de falsos techos de yeso, la renovación de la instalación de calefacción -uso de radiadores verticales en los aseos para aprovechar el espacio disponible-, de electricidad –puntos de luz específicos para cada estancia- y el alicatado en baños y cocinas.
Una de las ideas era comunicar la cocina y el espacio destinado a salón, consiguiendo una superficie muy amplia para la zona de día. Cobra protagonismo la colocación de una isla en la que se incorpora la vitrocerámica y la fregadera. También, creamos un espacio independiente y cerrado destinado a albergar la lavadora y la secadora.
Por otro lado, procedimos a la renovación total de los baños, incorporando un aseo privado en la habitación principal y colocando una mampara de vidrio traslúcido. Con este efecto, conseguimos dotarlo de luz natural y aportar mayor amplitud.